La vida pasa e, inevitablemente, para
todos termina. Ninguno de nosotros va a salir de esta con vida así que…
¿para qué perder vida con tanta tontería?
Deja de preocuparte por la sociedad, que
no te importen opiniones ajenas, que no influyan en tu forma de ser, que
no destruyan tus sueños, que no se metan en tu cabeza.
Deja que cada uno haga lo que le de la
gana. Que hablen, digan o piensen lo que quieran de ti. Piensa que,
mientras se paran a observarte, pierden tiempo de su propia vida. No les
des el placer de hacerles caso. No mires, no escuches, no sientas nada
más que pena por esos que no saben cómo vivir sus vidas. Tú, a lo tuyo.
Mira al frente y vive tu vida como te de la gana, que para eso es tuya,
que para eso la tienes.
No ocultes tus sentimientos, cumple tus
sueños de uno en uno, alcanza metas y derriba todas las barreras que
traten de frenar tu paso. Revuélvete, sé inquieto, sé payaso. No quieras
aceptar la forma en que vivan otros. Tú eres quién decide en tu vida,
eres el capitán de tu destino y nadie, nadie, podrá decirte jamás cómo
dirigir tu nave, cómo afrontar las olas del océano que es el tiempo que
tienes, el tiempo que vuela a tu alrededor mientras te olvidas de vivir
como en verdad quieres.
Deja que todo resbale, que nada te afecte. Sé todo lo loco que te apetezca, sé raro.
Lo que la gente normal no entiende es que
siendo precisamente “normales”, es como se pierde vida. Así que tú, a
lo tuyo. Sé raro y que te miren mal, sé loco y que piensen lo que
quieran. Mientras juzguen, mientras miren, mientras se rían, seguirán
perdiendo vida.
Sé feliz. Es mucho más sencillo de lo que
parece. Sé lo que te de la gana ser. El mundo está falto de locos, el
mundo necesita más personas como tú.